En un abrir y cerrar de ojos

La noche asomaba sin pedir permiso a una tarde de primavera. Las nubes empujaban a un sol radiante que comenzaba su tímida despedida tras la isla picuda. El cielo se coloreaba de ocres y rojos intensos regalando bellos y singulares lienzos. Yo ataviado con mi traje azul zarpaba como cada mes a hacer mi ronda laboral al otro lado del charco.

En un abrir y cerrar de ojos

En un abrir y cerrar de ojos

Allí estaba cuando ocurrió, sentado en una butaca molesta del barco y saboreando el peor café que recuerde. Distraído Entre limones (de Chris Stewart) previo paso a una modorra profunda sucedió.

» El barco ya estaba dispuesto a partir. Ahora me encontraba cómodo y la lectura de mi libro se interrumpió ante unas gratas sensaciones.
La atmósfera parecía más densa y el atardecer aún se mantuvo un buen rato. El tiempo pareció detenerse a la par que el tintineo de la gente apresurada. El ruido también modificó su tonalidad. Te aseguro que los últimos bocinazos del navío se tornaron en agradables zureos. Las olas ya no rompían con tanto vigor por estribor. Ante esa calma chicha que se hacía generalizada me incorporé extrañado en mi asiento y eché un vistazo tras el cristal de mi lateral buscando alguna explicación.

¡Cómo no! ¡Cómo no pude imaginármelo! Era ella.

Me quedé paralizado, con el palpitar acelerado y las manos temblorosas. Mis ojos seguían con exactitud cada uno de sus movimientos armónicos. Iba media despeluzada, con un vaquero holgado y remangado como le gustaba ponérselo cuando calzaba esos zapatitos verdes, sus favoritos. Una rebequita de colores listados resbalaba por uno de sus hombros a medio caérsele de las carreras que se estaba dando para no perder el barco.

Cada vez se acercaba más y no me lo creía. Pero era cierto porque sólo ella atraía la fortuna a los sentidos y sólo ella podía hacer templar las tormentas.

Mi cuerpo gélido no salía del asombro que suponía su presencia. Ayer habíamos discutido y sentí que nuestro equipo se había roto. El verla allí significaba todo lo contrario.

Subió las escaleras cogiendo resuello, ya oía sus pasos. Yo no me moví de mi butaca aunque te aseguro que hay más de cincuenta maneras posibles de acomodarte en un asiento. Estaba inquieto, con una sonrisa dibujada, nervioso como un adolescente y los ojos chispeantes. Entró en el barco y echó dos rápidos vistazos, derecha e izquierda, acompañando esos gestos con unos pasos renqueantes. Mantuvo la vista al frente y yo me dispuse a levantarme e ir a su encuentro ya que casi pasa de largo.

Una extraña fuerza hizo que se girara. Me sintió. Igual que ocurrió la primera vez que la vi. Hablo de esa fuerza de atracción mágica, hablo del magnetismo de un imán, hablo de lo asombroso del baile pícaro que se sucede en el girasol buscando la luz, hablo de cuando sólo su presencia hace que exista… y nos miramos.

Se acercó hasta mí con la habilidad y elegancia felina para abrazarme fundiéndose en mi pecho. Esos abrazos me hacían el hombre más feliz del mundo en ese instante eterno y me recordaban lo venturoso que era día tras día. Duró lo que dura un excelente vino en grata compañía, un abrir y cerrar de ojos, lo que tarda en desaparecer un regaliz de fresa en la mano de un niño.

Su aroma, inolvidable y singular, fue antesala de sus caricias con sus labios en mi cuello y de su voz embriagadora susurrándome al oído. Lo siento nene, aquí estoy, hacemos un gran equipo… nunca lo olvides… cojámonos unas vacaciones cariño. Runruneó. «

latalegadepan. Despedida
Pum! El tropiezo de una niña al subir las escaleras que preceden a la cafetería del barco me despertó de mi dulce letargo. Busqué en la realidad un atisbo de su existencia, su fragancia, su maleta, su contacto…algún indicio que me indicara que era cierto, que había vuelto.

Los vaivenes del barco en movimiento en alta mar me iban anclando al mundo real. El café se había derramado entre limones y el frío de la noche ya calaba en mis brazos descubiertos.

Algo se la había llevado hacía unos meses. Se había ido. Muy pocos días para disipar aun su perfume de mujer en mi piel y demasiados para poder aguantar más el peso de la injusticia. Se fue sin avisar, en contra de su voluntad consciente y no tuve la oportunidad de despedirme. Vivimos un sueño, en una nube que, como es de ley, se disipa. La magia invadía nuestras almas y contagiábamos de alegría el camino. Pero todo es exactamente como debe ser.

Y qué mejor que la realidad aderezada de magia que la quimera de un oasis perenne.

Sólo falto un abrir y cerrar de ojos para soñar aunque más importante fue sentir que es posible vivir pleno, contrastando lo palpable con lo idílico. No se puede enquistar uno en la utopía de lo incierto pero sí en los deseos reales que son el motor de tus días.

latalegadepan. Caminarsolo

Poooooooo! poooooo! el sonido retumbante de la pita del buque secó de un golpe mis lágrimas. El barco se disponía a atracar y yo estaba preparado para afrontar mi día profesional. Despierto a aquellos que están dispuestos a escuchar su propia alarma. Soy coaching o como me gusta llamarlo a mí co- diseñador de sueños. Predicaré con el ejemplo y seguiré viviendo adornando mis pasos.

Hoy es un gran día para comenzar y seguir en un abrir y cerrar de ojos.

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22 respuestas a En un abrir y cerrar de ojos

  1. mariam dijo:

    K bonito Dami ojala el amor os dure para siempre besotesss

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  2. SEBAS MARTIN dijo:

    Que lindo crack .. Feliz cumple 😂👍

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  3. araitza dijo:

    Precioso amigo mio,me encanta lo que escribes…te deseo feliz cumpleaños y que seas muy feliz. Besotes

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  4. Pino Benítez López dijo:

    Muy bonito Dami.»Hoy puede ser un gran día….»Un abrazo💖

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  5. Meruy An dijo:

    Espectacular… Feliz cumpleaños

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  6. Elisa dijo:

    Esa distancia que va de los deseos a la realidad se esfuma mientras los sueños no se deshagan. El mundo de lo real parece ser una mera hipótesis más allá de la cual no se ha llegado todavía. ¿Acaso los sueños no anticipan nuevas realidades posibles?
    He disfrutado de tu entrada. Un beso, Dami.
    Elisa

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    • Hay sueños que se encuentran presentes y que en ocasiones mueven nuestra realidad con mucho deseo a que sucedan…qué seríamos sin los sueños, qué seríamos con una realidad efímera sin la posibilidad de alcanzarlos…A mí me gusta cerrar los ojos y condimentar mis días con ellos, quizás como bien dices por la posibilidad de se anticipen como reales.
      Muchas gracias Eli, el tenerte por aquí leyéndome es un auténtico orgullo y un lujo para mí. Un abrazo

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  7. Toño dijo:

    Entro en la talega de vez en cuando,leo una , dos ,tres y hasta diez veces tus textos.Siempre, siempre da subidón. GRACIAS. Un abrazo desde la otra isla.

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  8. cristobalina dijo:

    Hola como estas, precioso bonitas palabras, me gustó mucho un gran abrazo.

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  9. Sandra dijo:

    Precioso Damian, lo acaba de Pasar Paqui de Giros. Seguro que llegaras a bailar tan bien como escribes!!! Me ha gustado mucho!!! Felicidades!!!

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    • Muchas gracias Sandra…Paqui es un encanto. Escribir, bailar, jeje, no sé si esos verbos m quedan grandes…sé que seguiré intentando llenar mis días de cositas lindas. Un abrazo..y de nuevo muchad gracias.

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  10. Iriome dijo:

    Esta entrada en particular me ha encantado, es súper bonita. Ya tengo la página en favoritos del safari para cuando vuelvas a actualizar :). PD: Espero que lo pasaran genial en lo que quedó de noche! Un abrazo!

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  11. Ana de León dijo:

    Acabo de despertar de un sueño… en un abrir y cerrar de ojos..
    He visto el interior del barco, me he mareado con sus vaivenes, la he visto a ella, he olido el mal café, he refunfuñado cuando me dí cuenta que estabas soñando y he querido que te adormecieras de nuevo para que continuarás abrazandola.
    Maravilloso amigo..

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