La varita mágica

Él vendía cada día varitas mágicas.

pedir un deseo

Mi vida era difícil con poca fortuna, sin éxito y totalmente injusta.

La varita que vende el anciano tiene la capacidad de arreglar tus historias y que así puedas vivir en plenitud. Eso dicen.

Pero ese viejo de pelo desarbolado, de tez morena y con jirones de ropa vieja me parecía un auténtico cara dura. Ya había comprado varias ante mi desesperación por encontrar solución a mi situación y no obtuve resultado positivo alguno.

Me molestaba pensar que estuviera engañando a tanta gente como lo hizo conmigo. En su puestito de venta de varitas mágicas la cola era larga, como esa fila de Navidad antesala de tus deseos a los reyes magos.

Ninguno de los jodidos palos me devolvió nada, ni lo que había perdido, ni el amor, ni mi dignidad ni mi ilusión, no puso en mi mesa manjares, no me sacó de la fábrica donde odiaba trabajar, no mejoró mis relaciones con los otros ni me hizo más rico. Ni felicidad, ni palitos, ni nada de nada.

Un domingo salí enfadado en busca del vendedor fraudulento de sueños para pedirle explicaciones ante su engaño.

-¿Qué vendes viejo? – agarrándolo por el cuello de su camisa le pregunte furioso.

-Varitas mágicas- Me respondió con una sonrisa de soslayo muy seguro de sí mismo. -Me acuerdo de ti, ya has comprado varias. Ojos ciegos y oídos sordos.– me sermoneaba.

-Mira!…- Miedo me dio por la razón que llevaba y lo solté rabioso.

Sé que nunca me has escuchado cuando comento antes de cederlas:

“Impregna este palo de tu poder y se volverá varita mágica”.

Y tú nunca lo has hecho. Tienes la mirada cansada en busca del suelo gris, los hombros caídos y el caminar pesado. Por eso no te funciona.- me explicaba.

Creí entenderlo tras aquellos rezos: la varita por sí sola no tiene ningún encanto.

La varita es la extensión física de tu valentía, de tu sonrisa, del equilibrio, del olor a mar y a rosas, del positivismo, de las miradas chispeantes y del deseo de hacer, de los síes y del seguir el camino presente sabiendo que éste es un regalo.

La varita se impregna de la energía de los amaneceres a su lado, de las mariposas y libélulas que un día volaron y de los ritmos musicales que aún te erizan la piel. El brillo de las estrellas cabe en ella, lo bueno y lo menos bueno también.

Un palo que se transforma en varita, cargada de ganas y de poder mágico, llena de ilusión. Y es así, sólo y sólo si está armada con todo ello, cuando realmente funciona.

Un leve toque de la varita o la orientación de ella a lo que quieras cambiar bastarán para que pueda existir otra realidad. La varita nunca variará ni el sentido ni el ritmo de la vida en el mundo donde vives pero sí podrá envolver de fragancia a ese pesar o poner luminosidad intensa  a los ocres o al color sepia de los días.

La lindeza del momento es posible si la miras con la belleza de tus ojos, sea cual sea la realidad. La varita crea magia si antes la creas tú.

Una vez la varita colmada de todo lo bonito de tu ser la podrás utilizar cuantas veces quieras sin miedo  a gastarla, a perderla. La varita hinchada se mueve contigo, si te atreves a querer ser feliz.

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-Abuelo, ya lo entiendo. Qué gasto inútil de energía he tenido- le dije con la voz entrecortada

Hijo mío, todo depende de ti, de tu corazón, de tu pasión, de las leyes de la atracción. Todo nace en ti y lo que mueves con determinación hará que lo que me compres no sea sólo un palo. La posibilidad existe en tus pensamientos y creer que se puede, soñar despierto y vivir tu sueño, es la magia que genera la varita.- me decía mientras, con delicadeza fraternal, golpeaba con su mano la parte izquierda de mi pecho.

-Y ahora coge la varita, actívala y llena de musicalidad y de colorido tu sendero- impuso.

Él vendía cada día varitas mágicas y desde ese día con ella de magia vivo envuelto.

 #hoynoperderé

Ps: dedicado a Aika.

 

 

 

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8 respuestas a La varita mágica

  1. Toti Suarez dijo:

    sin palabras….. lleno de magia y realidad…Gracias por compartir estos tesoros!!

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  2. Irene dijo:

    Me encantaaaa! 👏👏👏👏😊

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  3. Ana de León dijo:

    Buscas la varita mágica en otras manos sin darte cuenta que eres tú mismo quién produce ilusión, sueños, esperanza, amor, nobleza, humildad, generosidad, belleza.. y así sin pretenderlo cada vez que escribes llenas mi vida de esperanza en el buen sentimiento, de Fe en las buenas personas..de sonrisas que curan el alma.
    No hay más ciego que el que No quiere ver… y pobre de aquel que se lo pierde…
    Eres pura Magia! Pura Vida!

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  4. Raul dijo:

    Mágico cuento!!!

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