Lis (parte1). Proyecto Once upon a time Tati

Un día retenida en el aeropuerto de Santiago de Chile.

Alberto Fujimore no podría haber elegido un día mejor que el de mi regreso a Lima para dar un autogolpe de estado. 

Celeridad en las terminales, carreras, gritos, colas interminables, discusiones, tropiezos, vuelos cancelados. 

Fujimori entraba en el poder peruano el mismo día que yo pisaba tierras andinas. 

Mi proyecto fin de carrera lo dediqué a la insercion de la mujer en el mundo laboral. Tuvo muy buena acogida en los planes de integración del gobierno de España y maduró tanto que pudimos exportarlo a otros países con grados de desigualdad mayores. ÍNTEGRA, su nombre.

Nuestra sede en sudamérica fue Perú. Tuve suerte ya que mi marido Fernando llevaba seis meses como entrenador del equipo nacional de natación de Perú. Preparaba a los atletas para las Olimpiadas de Barcelona. Por lo que, la familia volvió a estar unida: nuestra hija Elsa, Fer y yo.

El nuevo gobierno electo de la nación de Perú quiso dar una inagen de prosperidad, modernismo y respeto añadiendo a ÍNTEGRA en su nueva propuesta laboral.

Pero sólo fue puro teatro. Tras varias reuniones con el equipo del Ministerio de Educación y Cutura, encabezado por su presidente, nos dimos cuenta que era una auténtica pantomima. 

Si ya este personaje no era de mi agrado, sin motivos, tras escuchar sus palabras vacías tuve suficientes argumentos para creerlo corrupto.

Boivia, Brasil, Colombia y finalmente Chile introdujeron nuestro programa con mayor facilidad que Perú. 

Quizás los senderistas, el MRTA, las denuncias, sobornos, cohechos, la crisis política cultivada en años…hacían que intentar inculcar valores de igualdad, de lícito derecho universal, hacia la mujer fueran muy complejos. Llegamos a sufrir vejaciones y amenazas pero aun así conseguimos aumentar el porcentaje de mujeres en el mundo laboral. En Perú teníamos la primera mujer presidenta del Congreso de la República, Martha Gladys Chávez, y a nuestra amiga Doris como viceconsejera del Ministerio de educación y cultura.

Mi padre siempre me decía: «Lis, si las mujeres tomaran puestos de mayor relevancia en este mundo alborotado, la locura desaparecería»

Me faltaba poco para embarcar. Sumaba muchas horas enel aeropuerto y estaba agotada. Partía primero a Lima para despedirme de ÍNTEGRA en América. Tenían todo lo necesario para poder seguir sin mí. Mi marido y Elsa me esperaban en Barcelona. Fer se había ido con la niña hace unos días ya que en pocos meses comenzaban las competiciones olímpicas. 

Me reuniría en breve con ellos. Todo era perfecto. Teníamos la esperanza que nuestro matrimonio, en nuestro hogar, retomará el color. Trabajábamos mucho y nos descuidamos, el poco tiempo libre se lo dedicábamos a nuestro tesoro. El volver nos daría un respiro de aire fresco. 

Pero cuál fue mi sorpresa cuando los paneles informatios del aeropuerto cancelaron todos los vuelos de la compañía LAN, única operativa al Perú. 

Enfadada saco con premura el teléfono portátil para contactar con mi familia cuando recibo tres mensajes de manera instantánea.

¡ Qué lio estas nuevas tecnologías! ¿ Cómo se abren estos mensajes para leerlos?- pensé. 

El primer mensaje decía así: 

«Buenos días Lis. Tras el golpe de estado, durante la noche nos han registrado la oficina y se han llevado todos los documentos imprescindibles de ÍNTEGRA. Lo peor es que Doris ha desparecido. Te necesitamos. María.»

Estupefacta y aterrada leo el segundo mensaje:

«¡Mami! Papi no sabe hacerme las tortitas de fresa que desde siempre me han gustado.. Cariño te esperamos en casa. Te queremos. Fer.» 

Con una sonrisa de soslayo y lágrimas en los ojos, contraste de sentimientos, por estos mensajes tan distintos, abro el tercer sms:

«El momento adecuado, Sra Lis. Váyase y no vuelva. Ninguna mujer sabe gestionar su casa…cómo lo va a hacer de un país. No regrese o se arrepentirá»

Aterrorizada y con muchas dudas ante tanto drama, con un café, pienso en mi forma de proceder.

Tati, ¿qué camino escogerías?

1) ¿Regresarías a Lima de forma urgente y averiguarías qué sucede in situ?

2) ¿Regresarías directamente a la ciudad de Gaudí con tu familia y harías las gestiones oportunas desde allí?

3) Denunciarías la amenaza en Chile, esperando un tiempo prudencial para ver cómo se suceden los acontecimientos, quedándote en tierras chilenas. 

SOŃEMOS JUNTOS 

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