Se estaba arrastrando por el barro, la gente la miraba y pasaba de largo.
El chipichipi de tres dias creo charcos de barro en las calles del Temple bar y ella nadaba a contracorriente.
Estaba empapada, con la cara a proa y frío. Dejaba a los lados a los personajes llenos de falsa pena y limosna.
Yo los compadecía porque su cara no pintaba penurias, ella chapoteaba como una niña.
Fruncía el ceño por no decir qué asco me daban aquellos que cambiaban el paso al acercarse a ella…y los compadecía…porque por mucho barro que de desgraciada la vistiera…su Dupont y sobre todo su sonrisa, su mágica sonrisa, la hacían la mujer más rica del mundo.
Se estaba arrastrando por el barro, lo decidió ella y…y qué feliz era.
Como siempre es un placer leerte, gracias!!
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El placer es mío, el que me leas. Un beso enorme y mil gracias.
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Viva el poder de la sonrisa!
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Qué viva Cris!!! Gracias mi niña
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