Acacias y jirafas.
Las acacias ser erguían bellas e imponentes alejándose del Sáhara y aportando nombre a la sabana. Grandiosas. Eran de copas altas, con ramas de espinas y de porte aparasolado. Se alejaban de lo terrenal para que lo mundano no las consumiera. Eran distintas y por ello podían seguir viviendo.
Los camellos pardos, armónicos en ocres y parches negros, iban a su vera, de la mano. Las zafaras, veloces y elegantes en el andar, esculpieron su esbelto cuello tras bailar danza bantú tiempo atrás. Sumaron centímetros de talento para sobrevivir junto a las acacias año tras año.
Son genios aquellos que juegan a hacer magia en base a sus diferencias, creando capacidades. Darwinianos actuales, lamarckianos del presente que mejoran nuestra especie y le dan sentido a los días.
Supervivientes, acacias y jirafas.
pd: Concurso de microrrelatos de Simpromi. Gracias y felicidades a todos los concursantes. Todos con la inclusión, la diversidad y la igualdad.