Geravel

Semana sí y la otra tampoco, físicamente juntos y sin estarlo, respectivamente así vivíamos y es que es una suerte encontrarte con alguien que riegue también…tan bien… los geraveles.

geravel

La excusa perfecta era cualquiera, el momento idóneo siempre era el que fuera.

Llamadas, mensajes de humo, aullidos en silencio o gritos de risas. Tabaco y café en sus labios, su aroma, sus miradas, sus caricias.

Comprarla con belleza, dinero, con magia o con inteligencia, con los Beatles aprendidos de memoria para ella o con rayas finas… eso era imposible… aquellos que lo intentaron y aún insisten nunca sabrán, que aun obteniendo algo, que no más, sería su cuerpo, jamás podrán pagar el tiempo y es que ella…ella era un reloj de arena.

La semana que no, al abrir la puerta de casa me la encontré con la regadera amarilla cuidando de los geraveles. Aprovechando que Bon Iver cantaba alto y no escuchó mi entrar, fui a buscar su cintura, su espalda, sus curvas…y la pellizqué y se sobresaltó, y la asusté y la regadera amarilla llena de agua calló al suelo y nos resbalamos y nos caímos…y tras el éxtasis de las risas y de las miradas de gilipollas enamorados, nos follamos.

– ¡Sorpresa!- me dijo

– Pero pizco,¿ ¡no es la semana que sí!?, ¿ por qué estás aquí?- imagina hablar siempre con los ojos vidriosos y la baba en la boca, así, una vez más le contesté.

– Sólo quería regar nuestros geraveles bobo, que sé que eres un desastrito- me tiró de las orejas.

Regalaba tiempo, porque lo era. Para mí no había mejor envoltorio que ella, que sus susurros, que su perfume, que su pícara sonrisa de soslayo con su mordida de labios…su presencia. Un orgullo poder contar mi suerte.

Un día construyendo un futuro juntos a base de paranoias, vinos, divagando con lo mundano y ordenando la locura le conté una de mis tantas tonterías con la esperanza que nuestro jardín vertical floreciera.

– Geranios y claveles amor, ¡¡geraveles!!- dije.

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Te juro que lo dije en serio……y sus carcajadas… …su cuerpo doblado de las risas……sus lágrimas de alegría……mi injerto……los geranios y los claveles……nuestros jeraveles…desde entonces comenzaron a crecer imponentes con el sol y la brisa de la tarde al caer.

Porque no hay mejor cosa que cuando consigues que el tiempo pase feliz, el tiempo, ella, con ella o incluso sin ella, que el tiempo pase feliz.

Yo tengo geraveles plantados y espero que me pidas si quieres sentir lo que yo y que ella vuelva a regarlos en casa y que yo te lo cuente…una vez más…geraveles.

 

 

 

 

 

 

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