Suerte de Marzo.

Lo que no me ha dado Marzo en estos casi treinta días, aun faltando uno, incluso dándole una tregua nueva de treinta y uno, no me lo dará jamás– quejándose se entristecía.

En la noche, entre vinos, mirándola tras la cortina, sin sobresaltos, ante el cruce de sus  miradas, pudo leer en los labios de la gitana  en la calle de su Señora de África , a principios de año, que algo magnífico le sucedería en Marzo.

Y la creyó.

¡Marzo decía! ¡ Una puta mierda!– decía él convertido en quejica profesional.

Yo veo y siento y vivo cosas como éstas sin que los demás me conozcan…sin que yo pueda mediar.

Pienso y siento y actúo para que ojalá llegue porque si no, no entiendo por qué escucho sin querer, a los demás.

La gitana me llamó con ese agitar de hierba huerto el día que le aventuró a aquél chico la buena nueva. Y desde entonces y hasta hoy, que se cumple el plazo, el jodido capullo no se había dado cuenta que su suerte ya la tenía incluso antes de aquel encuentro y por supuesto seguiría teniéndola después de aquel límite en la fecha.

Él era una persona afortunada.

Tenía familia de sangre y elegida, era rico de espíritu y de sonrisa, de pasión y vitalidad. Llenaba rincones vacíos y calmaba las tertulias guerreras siempre que se terciara. Música siempre, libros en la merienda, soledades elegidas y compañías más que lindas. Tenía la piel hidratada, el pelo alborotado y caminaba en cholas. Soñaba despierto y dormía tan Plácido como Domingo. Tenía café de Kenia, aguacates, gominolas, cerveza y agua. Se despertaba con el cantar de los pájaros en el lado izquierdo de su cama y con el multicolor de los geranios en la terraza. Era fallón, despistado, tozudo, gruñón, malhablado, tenía alergia a los ácaros, paticorto y patizambo…y más.

Era una persona afortunada.

Su fallo era que siempre se centraba más en lo ajeno para llenarse de felicidad y la esperaba a ella antes de finalizar Marzo cuando ni siquiera ni un rejo de las hojas de la sombra de las palmeras le rozaron nunca de veras su piel.

suerte

No importa el tiempo ni el lugar. Nunca será el adecuado, o tarde o muy temprano, o lejos o muy cercano, siempre que te dañes, si no te mimas, si no te cuidas, si no partes de tu interior para buscar esa suerte zarandeada de hierba buena aunque estés más bueno que el chocolate y la menta.

La suerte es tenerte, ni lo que tienes ni lo que perdiste o esperas, tu suerte, ni más ni menos, es, sólo, lo que eres.

 

 

 

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4 respuestas a Suerte de Marzo.

  1. Cris dijo:

    Ser conscientes de todo lo que ya tenemos y disfrutarlo!! Hacerse el amor a uno mismo primero sin esperar nada…
    Mi suerte, leerte!gracias!

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  2. Muchas religiones africanas como el vudu y el hudu tienen fuertes creencias en la supersticion. Algunas de ellas incluyen la creencia de que terceros pueden influir en la suerte individual. Las chamanes y brujas son amados y temidos por su habilidad para proporcionar buena o mala suerte a los que viven en pueblos cercanos a ellos.

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