«LUNARES, esos que en tu cuerpo me vuelven loco»
Imposible.
No puedo aceptar que la noche se quede sin estrellas y que no te des cuenta que tú de ellas estás llena.
Lo mejor será que exista un intercambio lógico. Que si no te gustan tus pecas, tus lunares, tus luciérnagas y quieres que ésas, tus estrellas, desaparezcan, las dejes volar hacia el cielo de día para que en las noches despejadas pueda yo verlas.
No entiendo cómo te puedes desprender de los puntitos que adornan tu bonito lienzo, de tatuajes chiquitos de día, del aderezo de tu pie.
No me cabe en la cabeza y me vuelvo loco al pensar que no te gustan ni siquiera los de tu cuello, instrucciones de tu sexo, reclamo visual del bendito pecado, mapa de lágrimas de San Lorenzo.
Lo ideal será, debido a tu dulce y adictiva tozudez, admitir que desnuda dejarás tu piel de pepitas de girasoles, y que si no las mandas al oscuro mar en lo alto donde descansa la Luna tras el ocaso, que me las des, sin excepción todas y cada una.
Lunares.
Que si no las tiene el cielo que las tenga yo.
Que haré con ellas música juntándolas en clave de sol.
Que si no iluminan para otros la noche de perseidas,
qué mejor que lo hagan conmigo, con mi vida bellida
Precioso.
Cómo te gusta un lunar!Bonito fetiche.
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Muchas gracias Cris… Un fuerte abrazo
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Brindo por el intercambio lógico.
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