Rompí mi úlimo vaso de vino
y ni pena me dio.

Sin querer y con total delicadeza quebró,
y me cortó el dedo chico.
Dolió, sangró, y con el agua se diluyó el dolor que generó su último sorbo de vino.
Rompí mi úlimo vaso de vino
y ni pena me dio.
Sin querer y con total delicadeza quebró,
y me cortó el dedo chico.
Dolió, sangró, y con el agua se diluyó el dolor que generó su último sorbo de vino.