MELENA

Esa melena negra que rodea sus dedos y su frente llena.
Esa alfombra azabache de la que se queja
y esos jalones de los que tanto se recrea.
MELENA
Esa melena negra que rodea sus dedos y su frente llena.
Esa alfombra azabache de la que se queja
y esos jalones de los que tanto se recrea.
Quiero olvidar que te has ido.
Puedo vivir sin ti en el día y dormir con tu lado de la cama vacío.
Cinco aros negros en el portabultos de un coche o un acento andaluz.
En el suelo unos pelos negros gitana o el vino blanco seco del sur.
Los bolsos negros, las bonitas caderas y las cinturas estrechas, el carácter, los labios rojos, las palabras suaves, las miradas brillantes, los torpes tropezones, los perros sin correa.
La valentía, la lucha, la gracia, las uñas de gato en la luna, las sonrisas llenas, el cocinar descalzo, cantar sin voz en la ducha en alto, las manos chiquitas y los pies suavecitos.
Las saetas y los bailes de la primera a la cuarta y las fragancias de cada esquina por las fores de jazmín.
Vivir en nuestro reino me recuerda que seguimos bajo este cielo azul,
me esperanza y da ganas, fuerza y calma a este corazón baldido.
Pero, por favor, al que mada le digo:
Déjame olvidar que se ha ido
Frío, mucho frío.
Ni la hoguera, ni la manta… No sirve arrimarme a otras veras ni la gula ante el alma carpanta.
Frío, más que frío
Ni el día, ni el sol…No calientan mis pies ni mis manos ante su falta.
Frío, mucho frío
En todo mi cuerpo salvo en mi corazón donde sigues tatuada para siempre, mi vida, mi amor
Eterno, dicen, sin principio, sin fin.
Y comenzó un Martes
y, por kilómetros o años quizás, se cerró ayer.
Gustas con tus juegos con los tiempos y tu oasis de sentido, al cerrar los ojos con el corazón novel y follar con la deidad.
Pero déjame buenas nuevas sabiéndote para siempre
Incluso ahora que siento que ya no estás.
Dolor.
Duelo
Soledad…
Temblar
Desesperar
Llorar
Dolor
Desvelo
Parvedad…
Correr
Estremecer
Caer
Dolor
Suelo
Ansiedad…
Huir
Partir
Aterir
Lo que sea pero sin dolor, juntos por ley y deidad, por nuestra eternidad.
Titánides de sexo, sexo de titánides.
Y es que la vida hecha por ellas es…y además: es mejor.
P. D. trazos de pluma de mujer lesbiana transexual, tintada de niño siguiendo el curso natural.
Se le olvidó, creo
Pero decía mi abuela que si se va y es su cepillo de dientes lo que deja olvidado… volverá.
Creo que lo hizo adrede… y… Ojalá así sea.
“El futuro será feminista o no será…”
Gracias Leticia por dejarme participar poniéndole voz a tu bonito texto.
Felicidades amiga por proyectar y enseñar con arte.
Al final… hace frío.
El color blanco, la boca seca, los sonidos afilados y el olor doudou rodean todo lo que lo malo toca.
Y una boda griega…
y un griego…
y el falsete de mi negra gitana y el azufre azocado por el Teide…
también, bien alocan.
Pero al final…hace frío igual, y no está pero que nada mal.
Un subsidio rancio por lo irreparable de su causa, empalagoso por insuficiente y tardío e injusto por el simple hecho de existir.
Los días pasaban por encima de todos con la congoja de lo inconcluso en la mayoría de sus labores. Profesionales responsables de miradas brillantes ahora con chepa y barbilla al suelo. Se ahumaron con vacío en el campo de batalla a las órdenes de perezosos en oficinas de aire acondicionado.
La maldad, la desidia y la prepotencia de otros creaba desunión y en aquel grupo comprometido los conflictos internos no tardaron en llegar.
Ojeras, quejas, grises, desaliño y suspiros.
Aspavientos, pesadez, arrugas, carreras y manchas
Años de más y energía en resta en cada uno que trajeron malas formas y que pagaban justos inocentes con la impasividad absoluta del que se cree, ignorante, absuelto de sus cargos de responsabilidad.
Pero la muerte llegó, y con ella su auxilio, y fue tan exorable que aturdía por haber sido anunciada incluso por gurús en pañales.
Una muerte injusta que sonrojó al sinvergüenza y que se maquilló con el auxilio por defunción y cuando no, con purpurina, peluca y colores que sigue enterrando la precaria situación que se vive dentro.