Regálame tu tiempo, tu sonrisa y tu caminar.
Regálame tu espacio, tus locuras y tu despertar.
Regálame cuentos que sigan haciéndome soñar.
Y por eso acepta mi niña:
Chocolate en taza ancha, calcetines y manta, los domingos de gozón.
Mensajes en el espejo, notas en tu agenda y flores inesperadas.
Viajes a la vuelta de la esquina, de ida y vuelta en noches estrelladas.
Cenas de improvisto, corbata o pijama, no existe parangón.
Regálame tu frío y tu llanto para reparar
Regálame tu fuego, brío de mujer, sin miedo a quemar.
Regálame tus gritos y susurros, cal y arena, inseparables, ¿dónde hay que firmar?.
Y es por eso que:
Con lazos de colores me envolveré raudo corazón,
confetis y chispitas de luces aparecerán sin ton ni son
Regálame y me regalo cual zafir,
aun sin el tuyo el mío lo tendrás, no quiero influir.
Y es que en torno a ti se crea una nueva religión.
Cómo no entregarme incondicional, mi musa, no hay mejor opción.
El anhelo de tu regalo inefable al despertar lo vi
tú para mí y yo no sin ti.
Precioso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Elsa…un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta
Tu regalo, una caricia sincera envuelta en palabras de respeto….
Mi regalo… lo que poseo por verte sonreir siempre…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues ya tienes tu regalo, mi sonrisa no cambia…gracias Anita, un fuerte abrazo
Me gustaMe gusta
Que bonito!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Irene…bonita…un fuerte abrazo
Me gustaMe gusta
Ahora sí que son magos los reyes trayendo estas líneas. Genial.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tú sí que eres un auténtico regalo amigo. Gracias 😉 un fuerte abrazo
Me gustaMe gusta