Lo dejó.

Lo dejó.

Dejó los hombros donde se refugiaba

y donde dormía sin miedos.

DSC_0479

Dejó su espalda desnuda, arañada,

para otras con sabor acedo.

Lo dejó.

Dejó el corazón en su gaveta

envuelto en pétalos de girasol.

Dejó de jugar al sí con la zeta

y comenzó a hacer el bien sin yoyós.

Lo dejó por haber llegado tarde,

ella volverá y … que el tiempo y él aguarden.

 

Esta entrada fue publicada en Desde el alma. Guarda el enlace permanente.

2 Responses to Lo dejó.

Deja un comentario